martes, 5 de mayo de 2015

`Llueve horizontal´, de Miguel Ángel Arcas


Vacaciones

En el cielo una nube se revuelve y cambia de sentido,]
nerviosa como un sonajero.
Las aguas en el mar apoyan su cabeza contra las rocas. Parecen dormir,]

pero tan solo se protegen del trasiego salvaje y espumante de los hombres.]
La luz, fuertemente indeterminada, tiene el aspecto borroso]
de algunos rostros en un sueño. No ayuda a ver lo que ocurre.]

El viento, que parece de segunda mano, mustio, gastado, sopla]
con la fuerza de un viejo exangüe.
Barcos y veleros pasean en silla de ruedas

a la entrada de la bahía. Quieren tomar posiciones.
Las gaviotas chillan y rechillan, ríen, devoran todo a su paso]
Nada se mueve.
Nada osa existir.
......
El yate del rey de España sale muy despacio del puerto de Palma.]
 
...
Determinaciones

Olvidar lo que debe olvidarse para seguir vivos, lo que no es tuyo y no te mejora.]

....
Olvidar la limosna del tiempo, el cansancio, el hollín de la tristeza que atasca el]
engranaje, el hierro dulce de la lengua roja.

Olvidar las ideas que perdimos, los fantasmas, los sueños, .............. las fieras que]

te gritan en el pecho y no te dejan.

Olvidar como quien se traga una llave.

Inventarse la nada
como quien sopla un fósforo en el tiempo.
....
Quien sabe soñar sabrá despertarse
......
Una mujer camina por una carretera. Camina y no sabe cuál es su destino. Mira hacia]
atrás. Su pelo suelto es una liebre que huye. Va descalza, aunque eso no impide su paso.]
A pesar del viento sigue mirando hacia el lugar de donde viene. La carretera parece]
interminable. A su alrededor hay pájaros que hablan unos con otros, y uno de ellos se]
posa en el hombro y bebe el agua de sus ojos.

Amo a esa mujer. Pero ella no me ve, no se ve, no tiene mis ojos, su miedo no es mi]

miedo, y yo no camino por esa carretera, yo no sueño el mundo como ella, no despierto]
como ella.

Donde yo vivo no hay pájaros.

...
...
.......

2 comentarios:

Escribidor dijo...

De la línea y el asfalto

por la línea continua
que divide el asfalto

camina una mujer
los pies desnudos

el rugido de los neumáticos
viene, va, vuelve

por la línea de flotación
sin zapatos

De "Los ecos y las sonmbras. Música para un instante antes de morir" Emilia Oliva. Alcancia, 2006.

Me la volvía a encontrar en el poema de Miguel Angel Arcas. Gracias. Fernando.

Luisa Callejón dijo...

Fantástico, Arcas!